En los “antes” de las organizaciones, es conocido que quien fuera encargado, se le encomendaba la función de un capataz, como aquella persona que vigilaba, supervisaba y ordenaba a los demás los quehaceres de la jornada, en el “hoy” se le ha dedicado más que antes, que esa figura del pasado, debe ser un líder, humano que piensa y que siente, quien indica lo que se debe hacer, da ejemplo, supervisa y abona a los objetivos organizacionales, cuidado la sutileza de cada objetivo individual de los integrantes del equipo; de nuestra creativa mente quitamos la imagen del ser que con látigo hacia el trabajo funcionar, por otra donde un sentipensante inspira al equipo a dar lo mejor de sí, amando hacerlo.
Ahora, escuchamos comúnmente que, deben hacer sentir a los integrantes de la empresa felices, ¿eso de verdad le corresponde a un líder?
No!, Porque su labor es inspirarlos a que sean felices mientras trabajan, nada más.
En la evolución y en la trascendencia del concepto de Liderazgo, hallaremos los procesos, las finuras y las respuestas para inspirar a los equipos a ser felices mientras prestan sus servicios, a las claves precisas para llegar a los objetivos, a las condiciones de trabajo necesarias como tierra fértil para que éste fenómeno de servicio, sea una realidad.
También, para responder al entorno directo e indirecto, el líder acepta por manifiesto auto desarrollarse para presumirse competitivo ante la dinámica social, eso incluye tanto en las competencias duras como también en las blandas, las primeras son conocimientos y los segundos atributos para socializar.
Descrito lo anterior, se desprenden las siguientes sugerencias para ser un líder 360° en la era actual y después de la crisis sanitaria mundial:
- Identificar los conocimientos y habilidades que el giro y cargo le demandan, capacitarse en todo ello hasta ser de dominio pleno, actualizarse y omitir la afirmación de que ya no hay más que aprender después de todo eso, con lo anterior, respecto a las competencias duras, se sacian los requisitos.
Hablemos más de las competencias blandas, las más olvidadas, con menos crédito, y vitales para un líder trascendental, uno que abarque más, uno de alcance 360°, conviene que:
- Recompense los comportamientos que desee que se repitan, así las personas se centrarán en lo que tienen que repetir, desplazando lo que tienen que evitar.
- Reconozca que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche, es decir, alentarlos a seguir mejorando y describiendo lo que se espera de ellos.
- Muestre respeto por las personas que hacen el trabajo más pesado.
- No pierda el sentido del humor y aprenda a reírse de sus propios defectos.
- No deseche una buena idea porque no le gusta de quien viene, de todas las personas es posible obtener ideas a partir de su ingenio.
- Rinda homenaje al talento, recordemos que una correcta retroalimentación tiene mínimos a cumplir.
- Atienda a los problemas como menudas molestias, no a las menudas molestias como problemas.
- Que se asegure que la influencia que ejerce sea con fuerza positiva en los demás para el logro de sus objetivos individuales y organizacionales, por ende, colaborando en la sociedad.
- Contribuya para que encuentren sus motivaciones internas y externas y las acciones imperantes para llegar a su autorrealización, consiga que vean y sientan que, logrando resultados en ellos, benefician a otros.
- Procure los valores a nivel personal y promuévalos a nivel colectivo.
- Conozca virtudes y áreas de oportunidad de cada miembro del equipo, así sabrá desarrollarlos y en qué exhortarlos a que se formen.
A un líder no le corresponde hacer felices a sus integrantes, pero si está obligado a inspirarlos para que cada uno aprenda a reconocer todos los elementos, desde la valoración 360° de cada esfera de su vida, como salud, desarrollo, familia, amigos, finanzas, etc., que los hace felices y que pueden hacer para mejorarlo, es a partir de usted que saben que es una decisión diaria en cada instante incluso entre las calamidades.
La trascendencia social de un líder adquiere un sentido especial en el servir, mientras logra objetivos organizacionales, inspira a su equipo a conseguir los individuales y usted mismo está logrando los suyos desde una perspectiva humanista, desde el florecimiento de cada ser a cargo, a partir de su influencia positiva.
Si todo esto atañe a un líder, ¿cuánto deberá usted invertir en sus conocimientos y en sus virtudes?
MDOH Mariana Soto Rocha
Miembro Consultor Máster de la Red Internacional de Consultores
Es especialista en Desarrollo Organizacional, Recursos Humanos y NOM035-STPS-2018
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